Andrés Manuel López Obrador sumó dos adquisiciones ayer a su equipo de campaña: el ex fiscal electoral Santiago Nieto… y el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello.

De Nieto sólo era cuestión de tiempo para que se oficializara su llegada al equipo del tabasqueño, con quien comenzó a tener contactos a partir de la forma tan burda como fue removido de la Fepade.

Nieto tiene información sobre el caso Odebrecht, que involucra presuntos sobornos a funcionarios como el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, según ha denunciado el propio ex presidente de la firma brasileña.

Según Nieto, su remoción obedeció a que su investigación estaba llegando a terrenos peligrosos; la acusación que se hizo en Brasil implicaba que parte del dinero del soborno habría sido utilizado en la campaña presidencial de Peña Nieto.

La investigación ha quedado rezagada, por el momento, en México, en tanto que en otros países de Latinoamérica sí hubo consecuencias penales para los funcionarios involucrados.

Si la investigación de Nieto es seria y verdadera, el tabasqueño se habría hecho de una información importante para los meses por venir.

Lo de Velasco era un strike cantado.

Su abuelo, Fernando Coello, fue el primero, hace unos meses, en admitir abiertamente su cercanía con López Obrador; sin embargo, el gobernador chiapaneco se deslindó y ratificó su voto por José Antonio Meade.

La realidad es que, a partir de la “negociación’’ de la candidatura a la gubernatura del estado, Velasco rompió con el PRI y con la dirigencia nacional del Verde Ecologista.

El gobernador de Chiapas, que ayer asumió la presidencia de la Conago, quería que la candidatura fuera para el Verde, que había arrasado en las elecciones locales, pero debió tragar gordo cuando el PRI, con Enrique Ochoa a la cabeza, le impuso al impresentable Roberto Albores Gleason.

Incluso la tarde del lunes, en el estado circuló fuertemente la versión de que Albores sería sustituido por Eduardo Zenteno Núñez, dirigente del Verde en la entidad.

No pasó.

Lo que sí sucedió es que Velasco no tiene buena relación con el PRI ni con el coordinador de la campaña de Meade, Aurelio Nuño, con quien ha tenido algunos encontronazos, y su corazoncito está ahora más cerca al dueño de Morena.

¿Será el único gobernador?

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El presidente del PRI, René Juárez Cisneros, realizará hoy una visita al estado de Hidalgo para reunirse con los liderazgos regionales del tricolor que andan más lampareados que un conejo en el monte.

Juárez va a tratar de recomponer la relación entre el PRI estatal y el equipo de campaña del candidato Meade, que no ha visitado la entidad como abanderado priista.

Se conoce de las diferencias –ooobviamente negadas- con el ex gobernador y ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a las que se atribuye la ausencia de Meade en Hidalgo.

Pero también se conoce de la mala relación del candidato presidencial con el gobernador Omar Fayad, que se la ha pasado en la hamaca, y sólo hasta el lunes pasado, en una reunión con Osorio y ex presidentes municipales del tricolor, se mostró preocupado por el estado de la campaña de Meade.

Juárez Cisneros no tendrá un día de campo.