Nuestra economía está maltrecha.

No hay que engañarse.

La incertidumbre en torno a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte provocó, esta semana, que el peso perdiera centavos frente al dólar y se ofertara a su nivel más elevado este año.

El litro de gasolina premium llegó a los 20 pesos y vivimos el ataque cibernético más serio en la historia financiera de México.

Estas cifras reales se encuentran muy por encima del bochornoso espectáculo que están dando los candidatos a la Presidencia.

Hace una semana escribí que: “Los pobres seguirán en pobreza y los ricos, en la riqueza y siete de cada 10 mexicanos no lograrán salir de la pobreza a lo largo de su vida”.

A luz de la evidencia, los que sufren, no perdonan, y exigen explicaciones profundas.

Esta semana el consejero Marco Antonio Baños, del INE, informó que:
“Con el fin de garantizar la producción, transportación y almacenamiento de los materiales electorales para los comicios del 1 de julio próximo, se harán ajustes a las partidas presupuestales para contar con 177 millones de pesos que se requieren. Dijo que se autorizó en la Junta General, que preside Lorenzo Córdova Vianello, realizar estos ajustes, para responder a los gastos que se incrementaron por el aumento de un millón de personas en la lista nominal, entre otros asuntos. Informó que la lista nominal se había programado para 88.2 millones de individuos, sin embargo se registraron 89.2 millones. Por consecuencia, hay que imprimir un millón más de boletas electorales; también se incrementaron algunas medidas de seguridad en éstas, por lo que subieron ligeramente de precio. El consejero Baños Martínez dijo que evidentemente los 177 millones de pesos que se necesitan no los tienen, por lo que analizan qué actividades se tendrán que cancelar y ver si tienen economías en otras cuestiones para poder financiar lo que se requiere del proceso electoral”.

Danza de millones de pesos que día con día se incrementa.

Se tenían presupuestados 20 millones de pesos para los tres debates presidenciales; tan sólo el costo del primero fue de 12 millones 695 mil pesos. Faltan dos.

Cualquiera sabe que la poderosa maquinaria electoral seguirá generando gastos y, por lo tanto, desconfianza total de millones de mexicanos que viven en la pobreza y pobreza extrema.

Por eso llaman la atención el inquietante silencio y la pasividad de los candidatos ante lo que está ocurriendo.
El primer domingo de julio está más cerca que nunca, y la exigencia de millones de pobres, que seguramente irán a votan, provocará en algunos candidatos daños irreparables.

Milonga: esto no lo festeja el Gobierno federal. Por quinto semestre consecutivo aumentó el número de empleos informales, ésos que eluden la seguridad social entre otras cosas. Son más de 355 mil las personas que ahora trabajan en la informalidad.

Seguirán rodando cabezas, no sólo en el Banco de México, por la complicidad en el hackeo bancario.