Si en algo son expertos los estadounidenses son los espectáculos, y si a eso le agregamos que sea en su pasatiempo favorito, la combinación sólo puede fantástica.
Casi dos décadas de sentir la emoción de escuchar el Play Ball de la Gran Carpa en México hubo que aguantar, ahora que está a punto de terminar, los fans de la pelota han sido compensados con una experiencia todavía más fabulosa.
Llega la Mexico Series a Monterrey y con esta la MLB Fan Zone, evento que ofrece al público la oportunidad de vivir en cierta medida la sensación de ser un beisbolista de élite.
Aquí no importa la edad, porque al final todos acaban volviendo a la edad de pocos años o bien, la siguen prolongado con momentos de diversión. Las filas no desaparecen en las jaulas de bateo y de pitcheo. Algunos toman el bate por primera vez en su vida, otros hacen lo mismo con la pelota y el guante. Da igual, la intención de parecerse lo más posible a uno de sus ídolos aunque sea por unos instantes es el objetivo.
Ni el calor que ni los minutos hacen que uno se olvide de él, ni la densa humedad que se siente constantemente merman el ánimo de los que gozan de esta experiencia.
Los retratos en familia, en pareja o incluso aquel que va consigo mismo ocurren a cada momento. Las risas de alegría por ver el acierto, afortunado o no, de un batazo, o colocar la pelota en la zona de strike enriquecen el buen ambiente, pero las risas de los que hacen una pifia tremenda es todavía más fuerte. Sí, de eso trata. El propósito de la MLB se realiza de forma contundente. Diversión sin fijarse si se es hábil o no.
Luego de un rato, el cielo nublado trae consigo una lluvia. Oportunísima para tomar un descanso y volver a la carga minutos más tarde. Claro, hay que aprovechar algo que no es de todos los días y calentar motores antes del Play Ball en el Parque Sultán.
Hoy la cosa ya es más seria. Los juegos cuentan para la temporada y el escenario con más de 21 mil espectadores ejercerá presión. Pero antes ya hubo un previo, con un ambiente relajado y rodeado por el sistema montañoso que circunda la urbe industrial y en el que sobresale el cerro que hace creer que existe un caballo con un tamaño colosal.
JNO