“Lo que buscamos es hacer memoria a través de un museo que no nos permita repetir la barbarie que se ha cometido hasta ahora”, afirmó Diego Ortiz, representante de la Open Society Foundations durante el recorrido por el Museo de la Política sobre Drogas, ubicado en Lucerna 32 en la colonia Juárez.

El acervo incluye más de 80 piezas artísticas y ya ha recorrido ciudades como Londres y Nueva York, y busca dar a conocer la influencia de las políticas de drogas en las comunidades en donde rigen las mismas, así como generar conciencia sobre el deterioro de la dignidad y la salud que han generado.

La instalación está compuesta por el trabajo de 26 artistas de nueve países, de los cuales 12 pertenecen a México.

En entrevista para 24 horas, el artista Eduardo Olbés explicó que para él, la experiencia de crear una obra política no fue de su agrado. “Para un artista hacer obra política no es recomendable. (…) En mi taller, después de trabajar por dos años, mis hijos, mis trabajadores y mi familia, quedaron traumados por la cercanía a los cuchillos, las calaveras, la cercanía al tema tratado. La empatía con la que lo hicimos requirió mucho trabajo y para mí sí fue muy difícil”, contó.

El artista explicó que su pieza es la figura de una Kalashnikov, “esta es el arma más letal del mundo, importada en el 47 por el general del mismo nombre, se hicieron 150 millones de estas” y comentó que fue en Rusia donde se originó. “Es la mejor arma automática de la segunda mitad del siglo pasado y es la que más humanos a matado, por eso esa es mi colaboración”.

“Lo que me motivó a hacer esto es la repugnancia moral y la estupidez de todos los involucrados en tantas muertes y en la violencia”, concluyó.

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