Tras el primer debate presidencial y conforme avancen las campañas saldrá más y más mugre de los candidatos que tienen cola que les pisen y por lo que se ve Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador en lo particular serán los dos más salpicados por sus propios antecedentes, pero principalmente por los hombres y mujeres que los rodean y que están en no pocos casos manchados de corrupción y sin duda José Antonio Meade hará todo para deslindarse de los escándalos priistas.

En el caso de Anaya y López Obrador basta revisar en su entorno para estar claro acerca de sus promesas de honestidad y combate a la corrupción. Y para muestra un botón.

Uno de los personajes más oscuros en la cercanía de Ricardo Anaya es Luis Ignacio Muñoz Orozco, el encargado del pase de charola en la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, funcionario de primer nivel en la Sedesol en el periodo de Felipe Calderón, quien desde hace algunos años es buscado por la DEA, acusado de lavado de dinero, un panista que sabe conseguir dinero para campañas y muy cercano al ex tesorero de Javier Duarte en Veracruz. Luis Ignacio fue señalado por Javier Valdez en el semanario RioDoce en diversas ocasiones sobre si fue o no responsable por los delitos que se le achacaban en una Corte del Distrito Central de California, bajo el expediente CR-14-00372, donde las agencias estadounidenses lo consignan por lavado de dinero en la llamada Operación Fashion Police, donde detuvieron a nueve personas y aseguraron alrededor de 65 millones de dólares actuales, además de mercancía.

La operación estaba encaminada a detener a Luis Ignacio Muñoz Orozco, acusado de lavado de dinero proveniente del narcotráfico y delitos fiscales, sin embargo en México nunca pasó nada, y Muñoz Orozco ha podido seguir operando para Acción Nacional siempre cercano a Ricardo Anaya.

Avanzan las campañas, y la guerra por Los Pinos se volverá cada vez más cruenta.