Ayer China dio a conocer que al cierre del primer trimestre de 2018, su crecimiento económico registró un aumento de 6.8% anual, muy similar al observado el trimestre anterior, y con ello refuerza la condición de la economía mundial de un crecimiento positivo para este 2018, que será muy probablemente superior al registrado en 2017.

A pesar del proteccionismo comercial iniciado por Estados Unidos, es muy probable que su efecto se vea traducido hacia 2019, en donde podríamos apreciar una desaceleración global.

Hoy, tanto Estados Unidos como China, primera y segunda economía mundial, respectivamente, mantienen un ritmo de expansión favorable a través de sus diversos sectores como manufactura y servicios.

Solamente la Zona Euro se ha visto en desaceleración moderada en el primer trimestre del año. Ajustes en el nivel de confianza del inversionista y del consumidor por la posible “guerra comercial” y el atraso en la conformación del Gobierno en Alemania con Angela Merkel y su Congreso en coalición han influido en estos indicadores.

Ya hemos comentado que la Unión Americana seguirá creciendo a un ritmo anual entre 2.5% y 3.0% al cierre del primer trimestre del año. Dicha expansión mantendrá un creciente déficit comercial, y sumado a un próximo evento de elecciones intermedias y 36 gubernaturas en noviembre llevarán al presidente Donald Trump a mantener una posición comercial “dura” hacia el TLCAN y China, principalmente.

No obstante, podrán continuar los riesgos geopolíticos por momentos y seguimos pensando en el riesgo que presentan los mercados de capitales americanos, que de 2009 a enero de 2018 llevaron a crecimientos superiores de 300% y podrían anticiparse a un 2019 de desaceleración. Además, la Fed permanecerá con su política monetaria de normalización gradual de tasas de interés.

Para México, la expansión mundial significa que su motor de crecimiento externo va por buen camino. Con datos al mes de febrero, el superávit comercial con Estados Unidos registra un aumento de 5% y nuestra actividad comercial con este país representa 75%.

Internamente, vemos algunos sectores defensivos como el comercio, aeropuertos, minería, sector químico y servicios que pudieran aportar valor al motor interno nacional, para ver en conjunto un crecimiento de la economía al cierre de marzo de este año estimado en 2.0% anual, a pesar de la incertidumbre que genera el propio TLCAN en la parte de inversiones directas a largo plazo y el resultado de las elecciones en julio, que lleva el riesgo de mediano y largo plazo de un cambio de modelo económico.

Continuamos viendo al peso mexicano con una apreciación que alcanza 8.3% en el año y operando en torno a los 18.00, y aunque lo vemos temporal, se ha beneficiado de un dólar débil en global y el pronto acuerdo del TLCAN con Estados Unidos y Canadá.

 

Juan Ángel Espinosa