Una carretera solitaria llena de baches y algunos vestigios de casas antiguas hechas de piedra conforman la vista de Gudelia, una anciana indígena de más de 80 años, habitante del municipio de Huatlatlauca, ubicado a 84 kilómetros de Puebla.

Este lugar de casi 6 mil habitantes, en su mayoría indígenas de origen náhuatl, es una de las zonas de mayor pobreza del estado y una de las más que resaltan de gran forma la desigualdad social del país.

Todos los días Gudelia se levanta a las 5 de la mañana, va al molino, la masa que hace se utilizará para poder alimentar a su familia, ella vive con su hija Rutilia y su nieta Xóchitl en una casa de no más de 2 cuartos, a pie de carretera, cuentan con luz gracias a un diablito, no tienen gas y todo lo que cocinan o calientan lo hacen en un horno que funciona con leña que ellas mismas van a recolectar a la sierra.

Madre e hija se dedican a la venta de jergas y trapos para la cocina, los cuáles van a vender a la cabecera del pueblo. En algunas ocasiones cuando el dinero es escaso, cortan leña que intercambian por comida.

En el pueblo la mayoría de las casas no cuentan con teléfono, para realizar una llamada los pobladores van a casa de Pedro, un albañil de aproximadamente 30 años quien tiene esposa y 4 hijos; en el suelo de su casa sólo hay un colchón viejo en el que duermen los 6, ya que la casa sólo cuenta con dos cuartos.

El Informe de Pobreza y Marginación en los Municipios y Regiones del Estado de Puebla, emitido por el Consejo Estatal de Población (COESPO), Huatlatlauca es uno de los 25 municipios con mayor incidencia de pobreza ya que el 79% de su población vive en estas condiciones.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2017, arrojó que  México contaba con más de 53 millones de personas en condiciones de pobreza (más de la mitad de la población total), entre los cuales poco más de 9 millones se encuentran en situación de pobreza extrema.

Casos como el Gudelia reflejan la bipolaridad social que existe en el país donde la pobreza sigue siendo uno de los problemas que más afectan a México y a su desarrollo. El contraste social es muy marcado ya que el futuro llega a muy pocos y muchos han quedado olvidados, inmersos en una situación donde las circunstancias no han sido a su favor.

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