Foto: EFE Advierten de un ajuste de placas tectónicas  

ESTAMBUL.- Especialistas saben que Estambul sufrirá un gran terremoto, aunque no saben cuándo, debido a que la metrópolis del Bósforo se encuentra justo encima de una falla geológica que debería moverse próximamente en un ajuste de placas tectónicas.

El catedrático geólogo Ahmet Ercan ha afirmado a la prensa que según sus cálculos, el gran sismo “no ocurrirá antes de 2045”, pero Gülüm Tanircan, profesora de la Universidad Bogazici, asegura que “no existe tecnología para predecir una fecha”.

¿Será una catástrofe? “Depende de dónde exactamente se localice el epicentro. Si es justo en el centro de la ciudad, será muy destructivo. No afectará solo a Estambul sino también a las ciudades vecinas”, explica la especialista.

Autoridades admiten la vulnerabilidad: en Estambul hay unos 600 mil edificios que “no están preparados para un terremoto de gran intensidad”, como el que se espera “en los próximos 15-30 años”, reconoció el año pasado el ministro turco de Urbanismo, Mehmet Özhaseki.

También el primer ministro, Binali Yildirim, ha reconocido que en toda Turquía hay 7.5 millones de edificios en riesgo y que reemplazarlos todos tardará unos quince años.

Al menos todos los edificios importantes en Estambul, como los hospitales, se construyen ya con dispositivos en los fundamentos que compensan la energía de un sismo y evitan el derrumbe, señala la profesora Tanircan.

Aparte de medir los temblores, el observatorio de Kandilli trabaja para educar a la población sobre los riesgos y todos los miércoles invita a colegiales para enseñarles los conceptos geofísicos elementales.

Al lado de un viejo sismógrafo con tambor de papel hay toda una habitación construida en madera en la que los pequeños pueden sentarse y sentir las violentas sacudidas de un terremoto cuando un técnico aprieta un botón.

“Desde el temblor de Izmit en 1999 (que dejó unos 18.000 muertos), Gobierno y organizaciones cívicas realizan grandes esfuerzos para concienciar a la población”, subraya la ingeniera.

Y aunque son los constructores y promotores inmobiliarios quienes tendrán que colocar los amortiguadores bajo los nuevos edificios, no viene mal saber que solo una pequeña parte de las muertes en un terremoto es consecuencia de un derrumbe estructural, indica Tanircan.

“El mayor peligro son elementos sueltos en la casa que aplastan a los habitantes al caerse. Si tiene una estantería de libros, atorníllela a la pared”, recomienda la profesora.

Xavier Rodríguez

 

JNO