La confusión nació de la simpatía.

Quizá sea arriesgado acreditarlo a la parcialidad.

Como éste es espacio de información, vayamos a los hechos.

Cuando Andrés Manuel López pidió prohibir los debates durante la intercampaña, los consejeros del INE se pasaron de consecuentes.

Querían quedar bien con quien, ya presidente, les entregará su reconocimiento y les dará la legitimidad deteriorada día a día con sus malas o al menos parciales decisiones.

Los pares de Lorenzo Córdova se convirtieron así en instrumento de ya sabe quién porque no quiere confrontar a sus adversarios bajo una premisa del de Macuspana:

-Los debates favorecen al pelotón de atrás y dañan al puntero. Por eso no quiere los cara a cara.

Le preocupan en especial los dos: José Antonio Meade y Ricardo Anaya, pero no son despreciables quienes compiten desde la independencia.

En especial uno: Armando Ríos Piter, quien conoce a fondo al tabasqueño y le atacaría sus contradicciones e inconsistencias.

Ya se lo quitaron y es un favor adicional.

Y EL PEJE AGRADECE AL INE

El resto lo hizo El Peje. Su beneficio fue múltiple.

Ganó tiempo y cuando actuó el Tribunal Electoral ya fue demasiado tarde para avalar el derecho de los ciudadanos a conocer a sus candidatos.

Andrés Manuel López se asió a la determinación del INE y decidió no acudir a ninguna invitación: la de Joaquín López Dóriga, en primer lugar; la de Leonardo Curzio, en segundo; y atrás muchos noticieros más, porque “no son obligatorios”.

JNO

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