Foto: Reuters El tribunal de Kioto dio la razón a 110 de los demandantes, que recibirán un millón de yenes cada uno (7 mil 600 euros; 9 mil 400 dólares)  

Tokio.- Un tribunal japonés ordenó hoy al Gobierno nipón y a la operadora de la central de Fukushima que compense con un total de 110 millones de yenes (838 mil 700 euros; 1,03 millones de dólares) a 110 personas que fueron evacuadas tras el desastre nuclear de 2011.

 

Se trata de la quinta resolución judicial hasta la fecha, de un total de 30 demandas colectivas interpuestas por los evacuados, que establece la culpabilidad del Ejecutivo y la operadora Tokyo Electric Power (TEPCO) por no haber tomado medidas de precaución contra un posible tsunami y por los peligros de exponer a la población a dosis de radiación.

 

El tribunal de Kioto (oeste) dio la razón a 110 de los demandantes, que recibirán un millón de yenes cada uno (7 mil 600 euros; 9 mil 400 dólares).

 

En el mismo falló se rechazó la indemnización reclamada por otros 64 afectados, que anunciaron que recurrirán la sentencia, según informó la agencia Kyodo.

 

La demanda conjunta argumentaba que TEPCO no tomó las medidas necesarias contra una eventual catástrofe a pesar de que el Gobierno japonés contaba con los instrumentos para predecirla desde al año 2002.

 

La noticia se produce apenas cuatro días después del séptimo aniversario del desastre nuclear, el peor desde Chernóbil (Ucrania) en 1986 y un mes después de que otro tribunal japonés indemnizara a los familiares de un hombre de 102 años que se suicidó después de conocer que iba a ser evacuado.

 

Tras el accidente nuclear desencadenado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, las autoridades niponas establecieron zonas de evacuación obligatoria y áreas de acceso restringido en torno a la central de Fukushima Daiichi, en función de los niveles de radiactividad detectados.

 

Desde entonces, las autoridades han reabierto progresivamente estas zonas tras completar tareas de limpieza y descontaminación radiactiva, aunque muy pocos de los desplazados han querido regresar a sus antiguos hogares por el miedo a que persista la radiactividad.

 

fahl