Foto: Notimex “Aquí se les imparten prácticas de acondicionamiento físico, defensa personal; clases de derechos humanos y civismo; además se les inculcan valores militares como son la lealtad y el sacrificio, entre otras cosas”, afirmó Sánchez Acosta  

El Servicio Militar Nacional (SMN) lo realizan miles de jóvenes con el objetivo de obtener su cartilla, la cual es un documento oficial que en muchos casos continúa siendo indispensable para ser aceptado en un empleo, principalmente en dependencias de los gobiernos federal y estatal.

 

Al centro de adiestramiento del Segundo Batallón de Fusileros Paracaidistas, ubicado en la Campo Militar número 1, en la Ciudad de México, acuden cada sábado 335 conscriptos y tres mujeres voluntarias, quienes pasan lista a las 8:00 horas y se retiran a las 13:00 horas.

 

“Aquí se les imparten prácticas de acondicionamiento físico, defensa personal; clases de derechos humanos y civismo; además se les inculcan valores militares como son la lealtad y el sacrificio, entre otras cosas”, afirmó el mayor de Infantería paracaidista diplomado de Estado Mayor, Fernando Sánchez Acosta.

 

En entrevista con Notimex, señaló que las mujeres voluntarias, para quienes no es obligatorio prestar el servicio militar, “llevan a cabo las mismas actividades que los hombres y al concluir su servicio reciben una constancia para reconocer su esfuerzo y dedicación”.

 

Sánchez Acosta, quien tiene a su cargo el Segundo Batallón de Fusileros Paracaidistas, subrayó que los jóvenes adscritos a esa sección habitan en la delegación Gustavo A. Madero y tienen que cumplir con el servicio militar porque en el sorteo correspondiente obtuvieron bola blanca.

 

El conscripto Gabriel Rivera Grados, de 20 años, aseguró que cumplir con esa obligación ciudadana “es un gusto, pues te inculcan disciplina, honor, lealtad, respeto a tu país y tus semejantes, lo cual te hace crecer como ser humano”.

 

“Estudié economía y en varios lugares donde he ido a solicitar trabajo, entre ellas dependencias de gobierno, me han pedido la cartilla y por eso estoy haciendo el servicio militar”, apuntó.

 

Karina Castillo es una de las mujeres voluntarias que acude desde el 3 de febrero pasado al Campo Militar Número 1 y al igual que los hombres porta gorra roja, playera blanca con las siglas SMN (Servicio Militar Nacional), pantalón de mezclilla y zapatos negros.

 

“Es un orgullo estar aquí, es una bonita experiencia, ya que mi abuelo fue militar y pertenecer al Ejército Mexicano es algo muy significativo, por lo que mi familia me apoya para que semanalmente haga acto de presencia”, resaltó.

 

En tanto, en San Juan Teotihuacán, Estado de México, se ubica la primera compañía del Servicio Militar Nacional, a cargo del capitán primero de Infantería diplomado de Estado Mayor, Jesús Alonso Porras Gutiérrez, quien explicó que en ese lugar los jóvenes realizan su servicio en tres meses.

 

“En este sitio se lleva a cabo el Servicio Militar Encuadrado, el cual lo realizan las personas que necesitan contar con su cartilla en menor tiempo, pues se las exigen para acceder a una oferta laboral. La edad de las personas fluctúa entre 18 y 23 años y hay hasta de 29”, detalló.

 

Porras Gutiérrez explicó que esta modalidad se implementó a nivel nacional en el año 2014 “y actualmente aquí tenemos 102 soldados haciendo el Servicio Militar Nacional; además llevan a cabo actividades de labor social, principalmente en escuelas primarias y secundarias”.

 

Agregó que se les imparten clases de derechos humanos, ética militar, del Plan DN-III, ecología, educación física, prácticas de tiro, orientación y asistencia en el terreno, entre otras, que ayudan a reafirmar sus valores ciudadanos.

 

“Se levantan a las cinco y media de la mañana, a las seis desayunan, a las siete y media pasan lista y posteriormente inician sus actividades. De una a dos de la tarde comen y de nuevo se reintegran a sus tareas. De seis a siete de la tarde cenan y a las nueve de la noche se apagan las luces”, refirió.

 

Porras Gutiérrez indicó que los conscriptos que se enlistan en las instalaciones militares de San Juan Teotihuacán provienen de los estados de México, Hidalgo, Morelos y la Ciudad de México, por ser los más cercanos.

 

“En este sitio se les proporciona alimentación, vestuario, alojamiento, equipo, asistencia médica y ayuda económica semanal para que se trasladen a sus lugares de origen. Ellos llegan el domingo a las nueve de la noche y a las 11 de la mañana del sábado están francos”, señaló.

 

El integrante de las Fuerzas Armadas precisó que estos soldados del servicio militar ingresaron el 5 de febrero y concluirán su adiestramiento el 5 de mayo, “tiempo suficiente para formarlos y muchos tienen tanta vocación que están pensando hacer carrera con nosotros”.

 

Entre las personas que realizan su adiestramiento en las instalaciones de San Juan Teotihuacán se encuentran David Cruz Chávez, José Ignacio Sotelo Vallejo y Juan Manuel Polo Márquez, para quienes es indispensable contar con la cartilla del Servicio Militar.

 

El primero es ingeniero en industria alimentaria, el segundo licenciado en ciencias periciales y el tercero licenciado en criminología. A los tres les han exigido la cartilla para poder ingresar a laborar a diferentes dependencias de gobierno, por lo cual están cumpliendo con los requisitos para obtener el documento oficial que expide la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

 

Los tres coinciden en afirmar que “es un orgullo portar el uniforme militar. Nos inculcan principios para ser mejores ciudadanos, hombres de bien, y con la instrucción que recibimos crece nuestro respeto, cariño y admiración por México y sus fuerzas armadas, por eso seguimos adelante”.

 

TFA