Foto: REUTERS Se aferra. La Casa Blanca reitera que el magnate no va a dar marcha atrás en su promesa del muro  

WASHINGTON.- El presidente Donald Trump tiene previsto realizar hoy su primera visita a la frontera sur, con el objetivo de evaluar los prototipos de su polémico proyecto de muro y que, de acuerdo con expertos, podría aumentar la tensión con México.

La promesa de Trump de erigir un muro en la frontera común ha dificultado su relación con México desde que era candidato presidencial, y la insistencia en que será el país vecino quien financie el proyecto ha frustrado ya dos intentos de reunión con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

Trump visitará California, un estado que perdió por más de 4 millones de votos en las elecciones de 2016, para ver en persona los ocho prototipos para el muro que seis empresas han levantado cerca de la frontera y dar un discurso ante militares.

“El presidente cree que la seguridad del país es algo importante, y está convencido de que el muro es parte de eso”, dijo hoy la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.

“No va a dar marcha atrás (en su promesa del muro). Va a seguir presionando por ello”, aseguró Sanders en una conferencia de prensa.

El Gobierno mexicano canceló el mes pasado una visita de Peña Nieto a la Casa Blanca tras una dura conversación telefónica sobre el muro, y Trump envió la semana pasada a México a su yerno y asesor, Jared Kushner, para tratar de rebajar las tensiones.

Pero el fin de semana el magnate volvió a tensar la relación, cuando aseguró que, en una llamada telefónica del pasado 20 de febrero, Peña Nieto le había pedido “declarar que México no pagará por el muro”.

“Le dije: ‘¿Está loco? No voy a declarar eso'”, aseguró Trump durante un mitin en Pensilvania.

El canciller mexicano, Luis Videgaray, replicó en un tuit que, en la llamada, Peña Nieto insistió en que México “nunca” pagará, “de ninguna manera, por un muro en la frontera”.

Ése es el clima en la relación bilateral antes de la primera visita de Trump a la frontera, y expertos consideran que podría empeorar con las declaraciones que dé en San Diego.

“Es probable que la visita de Trump sea otro punto tenso en las relaciones entre Estados Unidos y México”, dijo la directora para México en el centro de estudios Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA), Maureen Meyer.

“Trump ha dejado claro que no va a rebajar su retórica antiinmigrante”, agregó.

El líder estadounidense “está en modo de campaña” para las elecciones legislativas de noviembre en EU… Nadie debería esperar moderación. Es probable que haya una fuerte retórica antiinmigrante, sin tener mucho en cuenta su efecto en la relación con México. La relación bilateral ya está dañada, pero podría empeorar”, afirmó Michael Shifter, presidente del centro Diálogo Interamericano.

La visita de Trump se da también en un ambiente de tensión con el Gobierno de California, un estado al que su Administración demandó la semana pasada por sus leyes respecto a las ciudades “santuario”, que limitan la colaboración de las policías locales con las autoridades migratorias federales.

Apenas ayer, el gobernador demócrata, Jerry Brown, que ha concentrado la disputa contra el actual Gobierno federal en temas como el medio ambiente y la inmigración, invitó al presidente a conocer las razones por las que el estado es una de las mayores economías del mundo.

“En California nos estamos enfocando en puentes, no en muros. Y eso es más que solo una forma de hablar”, asegura Brown, en una carta enviada ayer a Trump.

Xavier Rodríguez

 

JNO