La competencia por la Presidencia de la República no debe estar nunca por encima de los derechos de los mexicanos.

 

Hacerlo sería atentar contra sus intereses.

 

Los candidatos, todos, se están atacando donde les duele, pero poco les importa.

 

La ley es lo de menos.

 

Existen pasados que no deben olvidarse.

 

Tiempo de nervios, despistes y trampas.

 

Los trapos sucios se deben lavar en casa, no en patio ajeno.

 

Unos y otros insisten en la corrupción y debe ser entendido de quien viene, de los que hacen trampas, de los que mienten, de los que insisten en la corrupción.

 

De los que exigen que se resuelvan los cosas para acreditarse la victoria y hundir al contrario en la derrota.

 

Lo correcto es entender que tienen ganas de contarlo todo, pero callan mas de lo que dicen.

 

Cruzar el límite trae consecuencias.

 

Pareciera que algunos candidatos presentan traumas no resueltos.

 

Hacer suyas las demandas contra la corrupción y la inseguridad, convertirlas en banderas y prometer con discursos bienintencionados llevar a la casas de los ciudadanos tranquilidad, no resuelve nada.

 

Lo prometido no ha llegado, ¿entonces por qué confiar ahora?

 

Tan generosas promesas, escasas de interés, más parecen ocurrencias inviables que favorecen el murmullo.

 

La ocurrencia de quitarse la corbata no sirve para aplicar el sentido común.

 

Pareciera que la polémica de persecución entre candidatos por la corrupción, les sirve para desviar la atención ante la falta de madurez e inteligencia.
Retar al contrario no es la solución, pero creo que no van a ceder.

 

Estamos viviendo una revolución tecnológica y parece que algunos candidatos aún no están preparados.

 

La vida política de los candidatos está en manos de los votantes que tienen claro lo que desean.

 

¿Es mucho pedir a los candidatos honestidad, compromiso y lealtad?

 

El hartazgo ahí está.

 

 

Milonga: La Comisión Nacional de Salarios Mínimos revisará en los primeros cuatro meses del año el desempeño de la economía para determinar si es posible un nuevo incremento al salario mínimo antes de que termine el 2018. La importante, dicen, es que este nuevo aumento no pegue a la inflación y resulte más perjudicial. Sigo sin entender como unos pesos de aumento al minimo pueden ser perjudiciales para la economía en México y no 140 mil millones que recibieron este año gobernadores y no se han justificado. O la corrupción por OHL, o los millones deviados por exgobernadores como Javier Duarte en Veracruz; Guillermo Padres en Sonora; Tomás Yárrinton en Tamaulipas; Humerto Moreira en Coahuila. O el caso Oceanografía; los Pánama Papers o la Estafa Maestra. Esto por poner unos ejemplos. El más reciente tiene que ver con Nayarit, en donde por más que le sigan buscando y encontrando propiedades al exgobernador RobertoSandoval, no lo han tocado. Flaco favor le hicieron los diputados del PRI a su candidato, al negarse a debatir sobre sanciones a servidores públicos por un contrato otorgado a una filial de Odebrecht.

 

aarl