Foto: Cuartoscuro El trabajo doméstico no remunerado y de cuidados es una de las dimensiones en las que la desigualdad entre hombres y mujeres se expresa con mayor claridad  

El trabajo doméstico no remunerado y de cuidados es una de las dimensiones en las que la desigualdad entre hombres y mujeres se expresa con mayor claridad, aseveró el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Según el organismo, en promedio, las mujeres dedican a los quehaceres del hogar entre 12 y 17 horas semanales más que los hombres, y entre cinco y 14 horas semanales más al cuidado exclusivo y sin remuneración de otras personas, como menores, adultos mayores o enfermos, dentro o fuera del hogar.

En continuidad a la publicación Pobreza y Género en México: Hacia un Sistema de Indicadores, que constituye una primera aproximación a la pobreza con perspectiva de género, el organismo dejó claro que, en general, los ingresos laborales que percibe el sector femenino son más bajos que los de los hombres.

Reconoció que de 2010 a 2016, la brecha en el rezago educativo entre jefes y jefas de hogar ha disminuido, no obstante, “las mujeres presentan niveles de rezago más altos que los hombres, sobre todo si están en condición de pobreza”, aunque se reducen entre los más jóvenes.

El Coneval añadió que en los hogares ampliados con jefas de hogar se presenta más dependencia demográfica, respecto al mismo tipo con jefatura masculina.

JNO