Bajo la premisa de que “lo que no te mata te fortalece’’, en el equipo de Ricardo Anaya preparan una contraofensiva a lo que llaman “el uso faccioso de las instituciones’’ en su contra.

No se sabe si el equipo del panista documentó algunos actos de corrupción o si revivirá los muy conocidos casos de la Casa Blanca, Odebrecht, OHL, etcétera, o si es que sumará las voces de respetados penalistas que concuerden con el uso que se le está dando a la PGR.

En principio, ayer un grupo de intelectuales, escritores y activistas publicaron una carta en la que le piden directamente al presidente Peña sacar las manos del proceso electoral.

Entre los abajo firmantes están personalidades como José Woldenberg, Enrique Krauze, Jorge Castañeda, Claudio X. González y Héctor Aguilar Camín, que aún con sus muy diversas empatías políticas estuvieron de acuerdo en condenar “la persecución’’ en contra de Anaya.

Pidieron que si el candidato panista cometió un delito que se le consigne, pero que no se utilice a la PGR con fines electorales porque erosiona la credibilidad en las instituciones.

El propio candidato frentista ofreció una conferencia para pedir a Peña que no se utilice a la PGR con fines políticos.

Si la petición de los activistas y académicos tendrá o no efectos políticos, lo veremos en breve.

Lo que sí es seguro es que en la redes sociales se ha comenzado a fijar el posicionamiento de que el PRI perseguirá a Anaya “porque no les garantizará impunidad’’, a diferencia de Andrés Manuel López Obrador, que ha perfilado una especie de amnistía.
¿Será?

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Mucha expectación se ha generado en los días previos cuando se filtró que esta semana se darían a conocer dos “obuses’’: uno en contra de Anaya y otro que afectaría el círculo íntimo de López Obrador.

Evidentemente los obuses provendrían del PRI.

Pero en el equipo de López Obrador ni sudan ni se acongojan, sabedores de que, hasta ahora, todos los misiles que han sido lanzados al tabasqueño se ceban antes de estallar.

Con que diga, como lo hace siempre, que es un “ataque de la mafia del poder’’ y que “no se va a enganchar’’ en discusiones, se acabó el problema.

Ahí está el señalamiento de José Antonio Meade, quien lo acusó de ser un fantasma para el fisco y no pasó n-a-d-a.

Esperemos, pues, si la información prometida es un obús… o un calcetinazo.

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Julio Serna, quien fuera director de la Central de Abasto y coordinador del gabinete de Miguel Ángel Mancera, será el coordinador de la campaña de Alejandra Barrales por la Jefatura de Gobierno de la capital.

Serna, junto con su hermano Luis, secretario particular de Mancera, son dos de los personajes más cercanos al jefe de Gobierno a quienes les reconoce capacidad para la resolución de controversias.

Que Mancera haya decidido desprenderse de uno de sus colaboradores más cercanos para incorporarlo a la campaña de Barrales demuestra la importancia que el jefe de Gobierno le está concediendo a esta elección que, evidentemente, no quiere perder.

JNO