Especial Embotelladoras, sin supervisión  

Al menos 52% de la demanda nacional de agua embotellada es atendida por pequeñas empresas purificadoras que no siempre cumplen con las normas sanitarias, pero que se presentan como la opción más viable para los sectores más desfavorecidos de la sociedad.

“Todo parece indicar que este tipo de establecimientos seguirá creciendo en número aunque no así en calidad”, dijo la investigadora Delia Montero Contreras, del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

México es el primer consumidor per cápita en el mundo de agua embotellada, aun cuando el acceso al recurso es un derecho fundamental para el ser humano, pero los esfuerzos por mantenerlo con estándares altos de calidad para ser bebido directamente del grifo parecen en vano, por lo que la gente consume el líquido filtrado o purificado, señaló en su estudio Purificadoras de agua y consumo masivo: el agua de los pobres.

La investigadora describe que a pesar de no contar con las normas sanitarias establecidas y no haber creado redes de distribución estos comercios han logrado expandirse y abastecer a poco más de la mitad de los usuarios. Estos comercios iniciaron operaciones a mediados de los años 90, montados en la publicidad de las grandes transnacionales, que aseguraban ofrecer una opción sana.

El incremento de estos negocios ha sido paulatino y en 2014, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) contabilizaba 10 mil 49, cuyo abastecimiento está basado en la red de suministro público o de pipas que llenan sus depósitos y operan con sistemas de saneamiento muy sencillos que tienen pocos o nulos controles de calidad.
Tan sólo en la Ciudad de México hay 922 purificadoras, de las cuales 37.3% se encuentra en la delegación Iztapalapa, 10.6% en la Gustavo A. Madero y 5.4% en Iztacalco.

En el Estado de México hay dos mil 51 purificadoras concentradas en Ecatepec y Nezahualcóyotl, dos de los municipios más poblados y que aglutinan un número elevado de personas en situación de pobreza extrema.

 

JMSJ