Andrés Manuel López Obrador acierta en el diagnóstico, pero falla en la prescripción.

El tabasqueño no falla cuando asume que el principal problema que tiene el país es la inseguridad –derivada de la corrupción, indudablemente-, y por ello se ha lanzado al ruedo con propuestas que sus seguidores consideran audaces y sus malquerientes dementes.

Primero fue la propuesta de negociar una pax narca, una amnistía con los grupos de la mafia, para pacificar al país.

Y ayer se dio un plazo de tres años para acabar “con la guerra’’ entre el Estado mexicano y la delincuencia organizada.

Tres años en los que, dijo, habrá empleo y oportunidades para todos; en esa medida el país se pacificará.

Fox prometió resolver el alzamiento zapatista en 15 minutos y ya ve cómo sigue la cosa.

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El PRD en la capital levantará la encuesta para definir a su candidato para la Jefatura de Gobierno entre los días 12 y 13 de enero; el resultado se dará a conocer dos días después.

Lo anterior forma parte de un acuerdo que firmaron antes de la Navidad, Alejandra Barrales, Armando Ahued y Salomón Chertorivski.

Si el convenio se cumple, quien obtenga la candidatura tendrá poco más de un mes para hacer campaña de verdad y no una mera simulación, como ha ocurrido hasta hoy.

Barrales tiene la ventaja de haber sido presidenta nacional del PRD, senadora; ninguno de los tres contendientes ha roto el acuerdo de no agresión y se han mantenido promoviéndose, pero no a costa de la imagen de sus adversarios.

A ver si la cercanía del sondeo no rompe la armonía.

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En Tabasco, el PRI enfrentará la renuncia de varios de sus militantes más reconocidos debido a la simulación de un proceso en el que resultó “electa’’ Georgina Trujillo como candidata a la gubernatura.

A Trujillo se le responsabiliza directamente del estado que guarda el partido en la entidad y que, pudiendo aprovechar los yerros del actual gobernador Arturo Núñez, del PRD, llegará menguado a la elección del 1 de julio.

Como quiera, el más contento con la designación de Trujillo es el propio Núñez, que le apostó a Gerardo Gaudiano como candidato del frente PAN-PRD-MC para mantener la gubernatura.

De hecho, se da por descontado que la lucha por la gubernatura en la entidad será entre Gaudiano, del Frente, y Adán Augusto López Hernández, el candidato de Morena, o sea de López Obrador.

A ver si el dueño del partido logra ser profeta en su tierra.

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Para quienes creen que la alternancia política por sí sola es una solución a los problemas en los estados, no está por demás que revisen las cifras sobre violencia e inseguridad en Veracruz, Chihuahua y Sinaloa.

Los tres estados siguen siendo de los más inseguros, a pesar de que cambiaron al partido que los gobierna.

El caso más visible, quizá por su cercanía con la capital, es el de Veracruz, en donde un día sí y otro también su gobernador, Miguel Ángel Yunes, que se vendió como el salvador del estado, está envuelto en escándalos mediáticos.

Recientemente tuvo un intercambio verbal con López Obrador que lo acusó de “tener mala entraña’’, de ser malo, pues, a lo que el panista-perredista le respondió que era un corrupto.

Ahora Yunes, cuyo hijo aspira a sucederlo en la gubernatura, utiliza el tiempo que debía destinar a gobernar a los veracruzanos en justificar si se quitó o no un reloj que dicen sus malquerientes cuesta seis millones de pesos.

Mientras tanto, la delincuencia se sigue cebando en sus paisanos.

 

JMSJ