Los precandidatos presidenciales relanzarán sus precampañas a partir de hoy.

El que más concentra la atención es José Antonio Meade, sobre cuya precandidatura se han tejido muchas historias en los días recientes.

Que si su campaña no prende, que si Aurelio Nuño lo está “zopiloteando’’ para quedarse con la candidatura, que si Peña tiene un plan B, que si sus publicistas en lugar de ayudarlo lo perjudican.

Meade se ha mostrado mesurado en esta primera etapa de la precampaña, en parte porque la propia ley establece una contención que se debe cumplir: los mensajes deberán ser enviados a la militancia partidista y no a la ciudadanía en general –lo cual es un absurdo por donde se vea-, so pena de incurrir en un delito electoral.

Se supone que las precampañas se diseñaron para que la militancia de un partido pudiera elegir a su candidato que resultaría de una contienda interna en la que participarían dos o tres aspirantes.

Pero al haberse registrado solo uno, se pierde el sentido de la disputa y el candidato tiene que recurrir a monólogos que poco aportan a sus seguidores y menos a la sociedad.

Así que habrá que esperar el giro que le dará Meade a sus discursos ante priistas, verdes y aliancistas, que provoquen entusiasmo y que este se pueda reflejar hacia fuera.

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La última semana del año se registró una disputa entre el jefe del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, Raúl Esquivel, y el dirigente del sindicato de la agrupación, Ismael Figueroa.

Esquivel denunció que Figueroa le impedía el acceso a su oficina y encabezaba una rebelión en contra de su autoridad.

Fue necesaria la intervención de Luis Serna, secretario particular del jefe de Gobierno, para terminar con el conflicto.

Este se generó cuando Esquivel pidió el reporte de actividades de las centrales de bomberos y descubrió que había pagos para justificar faltas y otras anomalías que permitía el sindicato.

La intervención de Serna, el jueves pasado, puso fin la disputa.

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Una agencia de noticias dio a conocer hace unos días que el gobierno mexicano extraditará a Roberto Borge Angulo el 4 de enero próximo, pero ni la Secretaría de Relaciones Exteriores ni la Procuraduría General de la República han confirmado el hecho.

De acuerdo con la información de la agencia, pasado mañana un grupo de fiscales mexicanos llegarán a las 10 horas a Panamá, para documentar el traslado del ex gobernador de Quintana Roo al país en donde enfrentará acusaciones de peculado, ejercicio indebido de la función pública y hasta delincuencia organizada.

Hasta ayer ninguna de las dependencias mexicanas involucradas en el tema oficializaron o negaron la información.

Pero si la extradición se concreta, ocurrirá en un mal momento para el PRI, justo ahora que trata de colocar ante la opinión pública a su candidato presidencial.

A ver.

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En días pasados escribimos en este espacio que el PRD en la capital del país estaba perdiendo ¡dos largos meses! de precampaña en la elección de su candidato a la jefatura de gobierno de la CDMX.

Pues bien, parece que la dirigencia y los tres aspirantes ya se dieron cuenta del error y apresuran la designación, probablemente para la mitad de este mes, luego del levantamiento de una encuesta.

Así que Alejandra Barrales, Armando Ahued y Salomón Chertorivsky tienen las velas encendidas para pedir el milagro del reconocimiento ciudadano.

 

PD: Que tengan todos nuestros lectores un año pleno y exitoso.