CARACAS.- En medio de la grave crisis política y socioeconómica que atraviesa Venezuela, Nicolás Maduro buscará en 2018 consolidarse en el poder al presentarse en las próximas elecciones presidenciales que deben celebrarse antes de que termine su mandato a finales del año.

Maduro prepara el terreno para acudir a las elecciones presidenciales programadas para este 2018, sin rivales de peso.

La Asamblea Constituyente, que sigue los dictados de Maduro, aprobó un decreto que obliga a los partidos opositores, que se ausentaron en las pasadas elecciones municipales, a un proceso de revalidación para poder participar en las próximas contiendas electorales, incluyendo las presidenciales de 2018.

La oposición rechazó inmediatamente la medida y la consideró un intento del ente oficialista de dejar en el limbo legal a los partidos opositores.

 

La decisión afecta de manera directa a los grandes partidos opositores Primero Justicia, Acción Democrática y Voluntad Popular, que llamaron a un boicot en los pasados comicios municipales, con el argumento de que no se cumplieron los procesos previos a la consulta y que el Consejo Nacional Electoral -que controla el oficialismo- cometió un “fraude” en las elecciones regionales de octubre.

 

Maduro advirtió el 10 de diciembre que no se le permitiría a los partidos que no acudieron a las elecciones municipales, competir en los próximos comicios.

Así, el principal hecho político que se espera para 2018 en Venezuela son las elecciones presidenciales.
El forcejeo entre el oficialismo y una fragmentada oposición ya comenzó y se concentra en tres elementos claves: cuándo se celebrarán las elecciones, si se organizarán bajo la actual directiva del Consejo Nacional Electoral y quiénes serán los candidatos.

“No es probable que Maduro sea reelecto después del dos mil por ciento de inflación esperada para 2018”, cuestionó el presidente de Datanálisis, José Antonio Gil.

Y es que Venezuela comienza 2018 sumida en la hiperinflación y en medio de la preocupación por los efectos del nuevo aumento salarial anunciado el domingo por Maduro, que no es celebrado más que en círculos oficialistas y aumentará aún más la inflación según muchos economistas.

 

“Maduro simplemente continúa con su política de seguir intentando apagar un incendio hiperinflacionario, que él ha generado en Venezuela, con un bidón de gasolina”, escribió en Twitter, en la línea de numerosos colegas, el economista Luis Oliveros.

En su discurso de fin de año, Maduro anunció el domingo un aumento del sueldo mínimo y de los salarios de los funcionarios del 40 %, lo que sumado al incremento del bono de alimentación supone una subida del ingreso mínimo de los venezolanos de más de un 74 %.

En 2017 Maduro subió hasta en 7 ocasiones los sueldos mínimos y de los trabajadores del Estado, en un intento de hacer frente a la subida de unos precios que se disparan día a día mientras el bolívar se desploma frente al dólar en el mercado libre.

Según cálculos preliminares de Ecoanalítica, la inflación fue de un 81 % en Venezuela solo en el mes de noviembre. Según estos cálculos, el país caribeño cerró 2017 con una inflación acumulada de más del 2,700%, lo que la convierte en la única economía del mundo con una inflación de cuatro cifras.

Un informe del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA), que hace seguimiento mensual del costo de la vida, revelaba que en noviembre pasado un hogar con dos ingresos mínimos apenas podía comprar la canasta básica de alimentos de una semana.

Ante esta situación, millones de venezolanos dependen del esquema gubernamental de distribución de alimentos subsidiados y los retrasos en la entrega de esta comida ha provocado manifestaciones.

Incluso y por si fuera poco, el año comenzó entre protestas generadas luego de que un agente de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) mató el domingo a una mujer embarazada en Caracas, al abrir fuego durante un reparto de perniles tradicionales de Navidad subsidiados por el Gobierno.

El oficial ha sido detenido y será acusado de homicidio, anunció ayer el fiscal general, Tarek William Saab.

El detenido es el sargento primero de la GNB y responde al nombre de David José Rebolledo Cortez, según dijo Saab.

 

JMSJ