Parece simple la razón por la que suelen fracasar las contrataciones de invierno en Europa: porque a menudo se trata de refuerzos que no superan a lo que ya se tenía en plantel.

 

Pensemos en los tiburones de la actual Champions y en sus respectivos onces. ¿Qué tan mejorable es la alineación de Real Madrid, Manchester City, París Saint Germain, Barcelona? Desde su característico afán de perfección, desde su irrefrenable paranoia, desde su miedo al vacío, todo entrenador dirá que mucho, pero no tanto si se piensa en lo que hay disponible.

A eso debe añadirse que un abrumador porcentaje de los futbolistas de máxima élite ya han jugado la presente Liga de Campeones, con lo que no serían elegibles para disputar el certamen más importante del próximo semestre.

Dicho lo anterior, las excepciones son dos: equipos de medio pelo que buscan revulsivos para no descender o aquellos que han padecido severas lesiones y tienen que frenar la hemorragia en cierta posición. De ahí en más, todo lo que se compre tiende al fracaso.

Por ejemplo, Zinedine Zidane posee dinero para comprar algún central o delantero, como parece la necesidad merengue. No obstante, ¿los utilizaría y dejaría de mandar al césped a Varane o Benzema? De ser zaguero, ¿ofrecería más garantías que el suplente Nacho? De ser ofensivo, ¿rivalizaría en condiciones con cracks que de por sí no han estado iniciando, como Asencio, Bale o Lucas, por no decir Ceballos? La realidad es que compre lo que compre, Zizou continuará aferrado a los mismos, en un proyecto que ha sido exitoso, mas no meritocrático.

Desde los primeros noventa existía cierta voluntad de abrir el libro de registros en Europa. En cuando la Sentencia Bosman hizo el campo de elección exponencialmente más grande y propició planteles de 25 elementos, se pensó en un espacio para transferencias decembrinas. Así, a fines de los noventa, las principales ligas acordaban en una cumbre en Atenas que dispondrían de ese mes.

Desde entonces, casi dos décadas, no hay tantísimo que resaltar: Nemanja Matic al Chelsea, Marcelo e Higuaín al Madrid siendo muy jóvenes, Mata al United, Philipe Coutinho y Luis Suárez al Liverpool, lucen como excepciones que confirman la regla.

¿La razón? Evidentemente que no hay amplio margen para mejorar lo que ya existe en casa. Aunque también que sólo el modelo alemán o escandinavo, con amplios parones invernales, dan pauta para un genuino período de adaptación e integración.

Todo lo demás es improvisación y ya se sabe a lo que eso suele llevar.

Twitter/albertolati

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