Empiezo el año con la alegría de haber vivido intensamente, con la ilusión de los objetivos, de los retos. Porque la vida al final no es mas que eso, un reto, el reto permanente de fructiferar de manera honesta, dejando una huella para que forme parte de la intrahistoria. -esa que hacemos a diario todos los seres humano- de la que hablaba tanto Unamuno.

 

Porque la vida, mi querido lector, es un regalo lleno de sorpresas que están escondidas en las cajas de la edad, la experiencia, pero también de la juventud y la vejez. Por eso hay que abrir esas cajas con una sonrisa, con plenitud e intensidad para que seamos dignos de ser felices de este regalo inconmensurable que El Señor nos otorgó.

 

Por eso también, cuando escribo este artículo y faltan unas horas para que los españoles nos comamos las uvas, estoy leyendo una noticia que me ha estremecido. Reza el encabezado “entre quince y veinte hombres planean matar a su pareja en estos momentos” . Es una frase tan angustiante como demoledora.

 

Continua la nota diciendo que, entre el veinticuatro y veintiocho de Diciembre, tres hombres asesinaron a sus parajes y ex parejas en España, según Miguel Llorente forense y ex delegado del Gobierno contra la violencia machista.

 

He vivido guerras, situaciones límite, momentos en los que pensé que podría haber perdido el bien más preciado que es la vida, en detrimento de mi oficio, el periodismo, el oficio más bonito del mundo.

 

Sin embargo y a pesar de la intensidad de la vida que Dios me regaló, también me ofreció la capacidad de la sorpresa. El periodista tiene que tener la capacidad de que todos los días le sorprenda algo nuevo, una información, un detalle por minio que sea. En el momento en que los periodistas perdamos la capacidad de sorprendemos, en ese momento dejaremos de serlo.

 

Por eso, a leer esta noticia se me hiela el alma. ¿Cómo es posible que en una sociedad en la que pensamos que habíamos evolucionado haya unas mentes perversas que puedan estar pensando acabar con sus parejas? Eso forma parte de la esquizofrenia de esta sociedad que vive a límite, una sociedad donde todo es rápido, sencillo y superfluo.

 

Por supuesto que siempre ha existido la violencia de género. Sin embargo el acceso a la información, a internet -paradójicamente el mayor espacio de libertad- lleva a la sociedad a cometer excesos que nos parecen triviales. En muchos casos por efecto “imitación” como lo llaman los psicólogos. Lo ven en la red como tantas otras cosas y deciden imitar al que cometió el asesinato. Claro que hablamos de mentes desequilibradas que lamentablemente hay cada vez más en este mundo globalizado que vivimos.

 

Pero ante la violencia de género ni un paso atrás. Son esos actos intolerables en donde no puede existir un ápice, una fisura de tolerancia.

 

Empezamos el 2018. Ya estamos inmersos en pleno siglo XXI y hay actos que sencillamente ya no deberían existir, como el hecho de que “quince o veinte hombres están planeando matar a sus parejas”. Vuelvo a escribir la frase y me deja el alma mas helado que antes.

 

Quiero empezar este año con la misma intensidad y ilusión como dejé el 2017. Por eso ahora más que nunca elevo la voz para gritar ¡Basta ya ! que suene y resuene por cada rincón del planeta.

JMSJ