Luego de jugar la Copa Confederaciones, México tiene que volver a su realidad futbolística con la Copa Oro (para llegar al certamen de los monarcas continentales, hay que ganar el torneo regional), y después de medirse a los monarcas de todas las regiones del planeta, debe enfrentar a rivales de la zona, lo cual no es un beneficio en lo deportivo.

 

Es bien sabido que para subir de calidad hay que jugar contra los mejores, pero eso no sucede cuando primero te mides a Portugal o Alemania, incluso Rusia, y los siguientes rivales son de la talla de Jamaica o Curazao.

 

Como dijo Cristina Pacheco en Canal 11: “Aquí nos tocó vivir”. Y ante eso no podemos hacer mucho, pues nuestra realidad es que debemos buscar el boleto al Mundial frente a las potencias centroamericanas. Y no se trata de menospreciar a los futbolistas de Costa Rica, Honduras, Guatemala y anexas, pero en sus países el nivel de las ligas es menor al de la mexicana.

 

Cada año hay más jugadores aztecas que son de exportación y el técnico del Tri tiene ya un dilema para conformar una Selección sin llamar a todos los que militan en Europa, puesto que también en la Liga MX hay futbolistas que tienen el nivel para jugar en el representativo nacional. Por lo tanto, México podría armar dos combinados para enfrentar a rivales de Concacaf.

 

Luego de la actuación en la Confederaciones de Rusia, llegaron muchas críticas porque no hemos dado el salto de calidad para vencer a los grandes favoritos y que están entre los primeros lugares del ranking de FIFA, pero no se trata sólo de destrozar a la Selección Mexicana.

 

El refrán dice que: “Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe” y eso le va a pasar al Tri, pero hay que jugar contra esos rivales que nos van a exigir al máximo y no frente a selecciones que no representan un reto.

 

Alguna vez ya surgió la idea de eliminarnos en Conmebol, lo cual me pareció una gran iniciativa, pero no hubo un arreglo en lo deportivo y, mucho menos, en lo comercial, así que debemos jugar la Copa Oro cada dos años. Una que no siempre ganamos, pues el resto de los equipos sí suben su nivel de juego.

 

Otro punto interesante aquí es el valor que se le da al “equipo de todos”, y es que cada que hay una gira o se buscan juegos amistosos, el calendario de la FIFA y de la misma Concacaf no permite enfrentarnos a los mejores. Además, el valor económico que se le da a estos partidos –a los que alguna vez el Tuca les dijo “moleros”- sólo dejan muchos ceros en la cuenta de la FMF, pero en lo deportivo no hay mucho que rescatar.

 

Y mañana Por eso Ricardo LaVolpe sugirió hace unos días que México enfrente a equipos de mayor jerarquía de forma gratuita, lo cual sería formidable, pero no creo que los altos jerarcas de nuestra Federación acepten una idea que viene de un ex entrenador y que, además, significa renunciar a cifras estratosféricas de dólares.

 

Así que debemos disfrutar el certamen regional que nos permitirá jugar otra Copa Confederaciones. Esto sí no desaparece, como lo sugirió Infantino al término de Rusia 2017.

 

caem