Guillermo Rodríguez Céspedes, alcalde de Teotihuacán entre 2003 y 2006, hizo posible la apertura de la Bodega Aurrerá en un terreno protegido cerca de las pirámides, luego de recibir un soborno de alrededor de 114 mil dólares.

 

Ese soborno, de casi un millón y medio de pesos, es parte de una cadena de pagos ilegales que realizó la empresa para abrir por lo menos 19 tiendas en este país, rápido y sin necesidad de contar con los permisos. La lista de funcionarios comprados es grande, de acuerdo con una entrega más de la serie de investigaciones que realiza The New York Times en México y Estados Unidos alrededor de las prácticas de corrupción de esta compañía.

 

“Wal-Mart fue un corruptor agresivo y creativo. Que ofrece grandes beneficios para obtener lo que la ley le prohibía”, aseguró el diario ayer, tras meses de investigar el rastro de corrupción de la compañía por este país.

 

“El proceso de apertura de la tienda Bodega Aurrerá en San Juan Teotihuacán que tuvo lugar en 2003-2004, al que hace referencia el artículo de The New York Times, forma parte de la investigación que Wal-Mart Stores Inc. está realizando con abogados y peritos independientes desde fines de 2011”, informó la empresa en un comunicado ayer por la noche. “Wal-Mart de México y Centroamérica ha tenido como prioridades colaborar con la investigación y proteger la independencia de la misma. Con este fin, mientras las investigaciones sigan su curso, la empresa no hará comentarios sobre alegatos o acusaciones específicos”.

 

Sin embargo, The New York Times revela que las autoridades mexicanas, al igual que los directivos de Wal-Mart, no han iniciado ninguna investigación en México. Mientras que a través de documentos confidenciales de la compañía de Bentonville, Arkansas, el Times identificó 19 tiendas en México que fueron el objetivo de los sobornos de la empresa. Los patrones, dice el diario, emergen claramente, coinciden con fechas y permisos otorgados. Una y otra vez, lo estrictamente prohibido se convertía en algo posible milagrosamente.

 

Recuerda, por ejemplo, que gracias a ocho pagos que totalizaron 341 mil dólares, Wal-Mart abrió el Sam´s Club de Calzada de Guadalupe, cerca de la Basílica, una de las zonas más densamente pobladas de la capital. Lo hizo sin licencia de construcción, permiso ambiental o estudio del impacto urbano, entre otros papeles necesarios.

 

Gracias a ocho pagos que totalizaron 765 mil dólares, Wal-Mart construyó un gigantesco centro de distribución y refrigeración de productos en el norte de la Ciudad de México.

 

Con pagos lograron comprar a las autoridades de Teotihuacán para construir en la zona arqueológica, con todo y las quejas de los mexicanos, y que es un lugar considerado patrimonio mundial.

 

Uno de los grandes secretos, dice el Times, tiene que ver con la alteración del mapa de la zona. Antes de que el mapa de zonificación en Teotihuacán fuera publicado en la Gaceta Oficial del Estado de México, Wal-Mart lo modificó, El original sólo permitía casas, pero después de un pago de 52 mil dólares, un supermercado también aparecía en el plano como algo permitido. “Fue un trabajo quirúrgico”, dijo al diario estadunidense Alejandro Heredia, socio de la firma consultora que realizó el mapa de zonificación original de Teotihuacán.

 

El mensaje, dicen fuentes de la empresa al diario, era claro:

 

“Ganándole a los manifestantes y construyendo a la sombra de un tesoro nacional, mandarían un mensaje al país entero: si pudimos construir aquí, podemos construir en cualquier lugar”.

 

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