A 15 años de los atentados terroristas del 11 de septiembre que hicieron trizas las Torres Gemelas de Nueva York la gran pregunta que gravita en el ambiente es si el mundo, pero en particular Estados Unidos, está mejor preparado para enfrentar una amenaza similar.

 

La respuesta de los especialistas es que sí, pero no lo suficiente, por cuanto el terrorismo ha cambiado de rostro y de métodos. Al Qaeda y Osama bin Laden son historia y hoy el gran enemigo musulmán de occidente está representado por el Estado Islámico.

 

Estados Unidos ha adoptado numerosas medidas para acorazarse contra nuevas embestidas de este tipo. Entre otras cosas, además de lanzar sendas guerras en Afganistán e Irak destinadas a acabar con los focos del terrorismo, se gastaron cientos de miles de millones de dólares en mejorar la seguridad y las capacidades de inteligencia.

 

Sólo un  año después del ataque el presupuesto destinado para la seguridad hasta se incrementó a 50 mil 000 millones en comparación con toda la década de 1990.

 

Otra consecuencia inmediata fue el aumento en los controles a los derechos civiles, especialmente de los musulmanes. Según cifras oficiales, después del atentado se registraron las huellas de 80 mil árabes y musulmanes bajo la Alien Registration Act 1940.

 

Infografía: Xavier Rodríguez

 Infografía: Xavier Rodríguez ( Da click en la imagen para ampliar)

Amy Zegart, profesora asociada de la Escuela de Asuntos Públicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), afirma que “Nunca estamos del todo a salvo. La pregunta es si nos estamos moviendo en la dirección correcta, y la respuesta es que sí, pero aún debemos recorrer un largo camino”.

 

Por su parte, el Secretario de Justicia adjunto John Carlin, responsable de las investigaciones federales sobre terrorismo en EU, reveló que sólo el año pasado se investigaron 60 casos de terrorismo.

 

“No hay duda que estamos más seguros ahora”, dijo Thomas Kean, presidente de la comisión investigadora de los atentados del 11 de Septiembre y emitió algunas recomendaciones.

 

“Pero no estamos lo suficientemente a salvo. Aún tenemos trabajo por hacer, hay nuevas amenazas y nos tenemos que adaptar a los nuevos riesgos”, afirmaba.

 

La gran lección de lo ocurrido hace 15 años es que nunca se está suficientemente preparado cuando el terrorismo quiere golpear el corazón de un país como Estados Unidos, que debe estar consciente de que en cualquier momento la bestia terrorista puede dar un nuevo zarpazo.