En el penal de Topo Chico en Nuevo León, en donde este jueves 49 personas murieron tras una riña entre reos, viven con sus madres 12 “niños invisibles”.

 

Gracias a que se encontraban en otra zona del penal, los niños no fueron dañados por los hechos violentos de ayer.

 

Sólo uno de ellos junto a su madre fueron trasladados al Centro Federal de Readaptación Social número 16 “CPS Femenil Morelos”.

 

En una entrevista publicada en 24 HORAS, Saskia Niño de Rivera, presidenta de la fundación Reinserta un Mexicano, enfocada a temas de prevención y reinserción social, reveló que alrededor de 400 niños y niñas en prisiones del país viven en un penal.

 

La cifra, dijo, es sólo una estimación, debido a que no se cuentan los niños que están en las cárceles con “autogobierno” (aproximadamente 75% de las prisiones del país), donde ha sido imposible hacer un censo de la maternidad en prisión, por ello resulta indispensable y urgente atender a ese grupo vulnerable, y destinar los recursos y áreas especiales para su desarrollo, exhortó.

 

“Son niños que están atrás de las rejas, viviendo con sus mamás y desafortunamente no existe una ley, una política pública que los involucre, son niños que viven de donaciones porque no son parte del presupuesto penitenciario, y no están reconocidos en la Ley General de la Niñez y la Adolescencia como un grupo vulnerable”, afirmó Niño de Rivera.